Una planta de extracción de yeso a rajo abierto mediante tronaduras operando por más de medio siglo. Impacto sobre glaciares, vegas, especies en estado vulnerable de conservación, comunidades humanas y la inyección de cientos de camiones a la ruta G-25. En su etapa de calificación el proyecto ha recibido observaciones por falta de información “relevante” y “esencial” para continuar su evaluación. Medidas de mitigación deficientes e información presumiblemente errónea en su Estudio de Impacto Ambiental, son algunas de las características y falencias de este proyecto con nombre de piedra, que de preciosa pareciera no tener nada.
Por Ignacio Pascual V.
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Inquietos están algunos habitantes de San José de Maipo con el proyecto Planta Paneles de Yeso y Ampliación Cantera Rubí, ingresado al Servicio de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) el 12 de agosto de este año por la filial chilena de Knauf, empresa transnacional alemana dedicada a la extracción de yeso y producción de paneles de volcanita, entre otros productos.
Organizaciones locales acusan que el titular minimiza el impacto de sus operaciones sobre el medio ambiente, instaladas en el valle del río Colorado -zona prioritaria para la conservación según el Plan Regulador Metropolitano de Santiago– . Rubí ampliará una cantera antes explotada por la mina La Perla, que tenía una producción mensual de 5.000 toneladas, a 66.667 toneladas al mes; es decir, aumentar 13 veces la explotación de la cantera, la que tendrá una vida útil de 57 años, hasta 2082.
“Creemos que este proyecto no es compatible con la cuenca principal de Santiago, con la ciudad más grande del país y su jardín de juegos. Hacer, hoy en día, minería como esta en el cajón del Maipo es inviable”, manifiesta Pilar Valenzuela, coordinadora y vocera de la campaña Queremos Parque, ya que la ubicación de este proyecto se encuentra en el corazón de las 142 mil hectáreas fiscales que dicha iniciativa busca sean declaradas parque nacional.
En este sentido, la ubicación del yacimiento es crucial para comprender las críticas y resquemores de los cajoninos. El proyecto está rodeado por 2.500 hectáreas de glaciares (12 km a la redonda) y el más cercano a tan solo dos km. Por otro lado, se encuentra en una zona geológicamente inestable: el gran “Aluvión del Alfalfal” de 1987, como es conocido el mayor evento aluvional que ha conocido San José de Maipo, se produjo por un desprendimiento de suelo en el estero Parraguirre, misma zona donde se ubica la cantera de Rubí.
Se suma también que, en un contexto de crisis climática a nivel global, la megasequía que atraviesa la zona central de Chile hace más de una década y la declaración de San José de Maipo como zona de escasez hídrica desde septiembre de 2022, ponen como objeto de defensa principal al agua. “Nuestro territorio es fuente y reserva de agua potable tanto para el medio ambiente como para el medio humano y no solo de nuestra comuna, sino que prácticamente de toda la región Metropolitana”, explica Juan Andrés Cáceres, integrante del Comité Ambiental Comunal de San José de Maipo (CAC), en relación al levantamiento de polvo de yeso producto de la explotación de Rubí que, producto de los vientos cordilleranos, argumenta, se depositará sobre los glaciares aumentando su derretimiento.
“Al camino no le cabe un camión minero más”
Este proyecto contempla la construcción y ampliación de distintas instalaciones. La cantera de la mina el Rubí se encuentra a 3.000 metros de altitud a 19 km al noroeste de El Alfalfal. Debido a la altura a la que se encuentra, durante invierno la nieve imposibilitará la operación de la cantera y para mantener la producción anual tendrá un área de acopio de yeso en Los Maitenes, al que recurrirán por materia prima durante la mitad del año.
Ya sea desde la cantera o desde la zona de acopio, el material extraído llegará mediante camiones tipo tolva con capacidad de 30 toneladas hasta la planta de producción de paneles de yeso ubicada en el sector industrial de Puente Alto, cercana al límite con Pirque y próxima al Acceso Sur.
“Esto va a interferir con la vida de la gente que vive en Puente Alto y toda la gente que a diario viaja hacia o desde el Cajón, porque Rubí agregaría, según ellos, 100 camiones diarios. Nosotros calculamos que son cerca de 150 vehículos”, alerta Felipe Krall, vecino de San Alfonso y miembro del CAC, ya que el cálculo ciudadano considera los camiones de suministros, camionetas de jefaturas, buses con trabajadores, vehículos con agua y retiro de basura, entre otros.
La circulación minera ocurrirá por la ruta G-25, un camino urbano, lleno de casas, pequeño y “absolutamente saturado, al que no le cabe un camión minero más, afectando la calidad de vida de las personas y el destino turístico que es el Cajón”, opina Valenzuela.
Bischofita: sal marina en la cordillera
Actualmente el proyecto de la transnacional alemana Knauf está recibiendo las primeras observaciones de los distintos servicios del Estado en el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA). Por otro lado, el proceso de participación ciudadana se ha traducido en el ingreso de las primeras observaciones ciudadanas y reuniones del titular con las comunidades y representantes del Servicio de Evaluación Ambiental (SEA).
Una de estas versa sobre el uso de cloruro de magnesio, una sal conocida como bischofita, aplicada por las mineras como estabilizante de caminos no pavimentados para reducir el levantamiento de polvo y prevenir el hielo sobre estos. Su uso reduce significativamente la necesidad de humectar los caminos con agua. Sin embargo, ¿qué efectos tendrá el uso de sal sobre caminos entre pendientes y quebradas durante casi 60 años cerca de los ríos Colorado y Olivares? Desde el CAC creen que muchos.
“Al llover o derretirse la nieve de invierno el agua se va a mezclar con la bischofita y la tierra, será arrastrada por las pendientes naturales del camino de montaña durante décadas y sin un plan de manejo, por ejemplo, de extracción del producto de años anteriores, va a afectar el pH de suelo”, explica Cáceres, quién ingresó la observación, que adelanta, será la primera de varias que están preparando con más vecinos y organizaciones del Cajón del Maipo.
De hecho, la Seremi de Salud Metropolitana solicitó a Knauf evaluar la pavimentación de los caminos, ya que “considerando que este proyecto tendrá una duración de 57 años, y generará gran cantidad de emisiones”, según se lee en el documento, para compensar emisiones y disminuir impacto local.
“La presentación carece de información relevante y esencial”
Al oeste del área de explotación de Rubí se encuentran glaciares de roca que no fueron considerados en la línea base presentada en su Estudio de Impacto Ambiental (EIA). Al respecto, el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) solicitó explicitar por qué se dejaron fuera estos glaciares y la modificación del mapa hidrogeológico que presentó Knauf, a través de la consultora SGA S.A Soluciones en Gestión Ambiental.
Alrededor del yacimiento de Rubí se encuentran montañas de más de 6 mil metros de altitud como el cerro Académico, Sierra Bella, Tupungato y Tupungatito, parte de una red de glaciares y montañas que son reserva de agua potable del gran Santiago, los que a juicio de Krall se verán afectados por el polvo en suspensión.
En una línea similar, la Seremi de Medio Ambiente Metropolitana, observó que el área de influencia glaciar y la modelación atmosférica presentado por Knauf no incorporó todos los glaciares que se verán afectados por la actividad minera, ya que debido a la presencia de viento con dirección sur-norte “la dispersión de las emisiones de material particulado sedimentable se dirige hacia el norte del área de influencia, lugar donde se emplazan los glaciares descubiertos”, según el archivo presentado.
La misma Seremi entregó observaciones por falta de descripción de todos los sectores del proyecto, falta de antecedentes técnicos que aclaren que el botadero de estériles, es decir, el lugar donde se acumulará el material para su uso en invierno, “no afectará el ecosistema acuático continental y los ecosistemas terrestres ante una eventual remoción de masa, bajo la consideración que el área donde se pretende emplazar el botadero de estériles existen antecedentes de eventos de remoción en masa”.
También indicó la autoridad que “el proyecto no entrega información que de cuenta de indicadores que permitan evaluar, una vez concluido el proyecto, que la zona intervenida, en virtud de las acciones activas y pasivas, pueda tener la capacidad para sustentar biodiversidad, bajo consideración que el proyecto se emplaza en un área de alto valor ambiental indicada como Sitio Prioritario para la conservación de la biodiversidad, Sitio Prioritario Río Olivares- Río Colorado -Tupungato”.
La autoridad regional también se pronunció sobre las medidas de mitigación propuestas por el EIA, las que “no se hacen cargo apropiadamente” de los efectos, características o circunstancias establecidos en la ley. Es por esto, que la Seremi de Medio Ambiente Metropolitano “considera que la presentación carece de información relevante y esencial para su evaluación, la cual no puede ser subsanada mediante aclaraciones, rectificaciones o ampliaciones”, informó en su observación.
Recordar la lógica de cuencas
El interés de la minería metálica y no metálica por instalarse en el Cajón del Maipo ha aumentado progresivamente. Evidencia de esto son las concesiones mineras, tanto para exploración como explotación, que se pueden consultar en Sernageomin y proyectos mineros como Escalones.
Si bien, Rubí no es responsable del malestar y afectación al medio ambiente por sí solo, la suma de los factores y en particular el volumen de explotación de este yacimiento, alerta a los cajoninos, quienes en vista de este avance minero-energético en su territorio, plantean que de no tomar medidas concretas y duraderas, el Cajón del Maipo se transformará en una zona de sacrificio.
“El cambio climático nos está afectando en la cantidad de precipitaciones, el río Maipo se está secando, el río Colorado es ahora prácticamente un estero. Una vez que comenzó Alto Maipo, como organizaciones ambientales ya consideramos al Cajón como una zona de sacrificio, porque ya tenemos efectos en los bosques, ríos, el turismo y los desastres provocados por acción humana directa e indirecta. Aún no vemos efecto en las personas, pero porque no lo hemos estudiado”, alerta Krall.
La escasez hídrica no fue tomada en cuenta por el EIA de Knauf, cuestión que se tradujo en que considerara la alteración de escorrentía superficial, es decir cursos de agua, como un impacto “no significativo”. Al respecto, la Dirección de Obras Hidráulicas Metropolitana tuvo que “recordarle” al titular que “en una cuenca la suma de factores de diferente rango de magnitud, inciden y son parte del resultado hídrico”, por lo que “se difiere de esta asignación de valor, ya que esta cuenca y la Región Metropolitana de Santiago, viene presentando graves problemas de escasez hídrica”. Además solicitó analizar, aclarar y aportar la información correspondiente.
Trasplantar champas de vegas altoandinas
El sector en el que se ampliará la cantera y sus alrededores es hábitat de pumas, guanacos, cóndores y una gran variedad de especies de flora, fauna y funga. Al respecto, el titular propuso medidas de mitigación para las especies más afectadas. Respecto de pumas y guanacos el SAG, ente que norma y fiscaliza lo relacionado a especies silvestres, observó insuficiencia de medios aplicados por el titular para establecer la presencia y cantidad de estos animales en la zona de la mina y el impacto que sufrirán.
Parte de las medidas de mitigación, reparación y compensación presentadas en el EIA plantean que para mitigar la afectación a porciones de vegas altoandinas, que serán destruidas por la construcción de caminos en el sector de la cantera, estas sean trasplantadas, cual champas de pasto, hacia otra zona.
“Se le indica al titular que la medida propuesta es insuficiente, toda vez que lo propuesto no da garantías de la sobrevivencia de la vegetación trasplantada[…] se solicita al titular proponer medidas que compensen la pérdida de las formaciones de vegetación”, fue la respuesta del SAG Metropolitano. Otra observación fue la exclusión de las superficies contiguas al Estero Parraguirre y el Río Colorado, hábitat del pato cortacorrientes, un carismático vecino de la comuna muy sensible a la intervención de los ríos.
Otras de las medidas de mitigación presentadas por el titular frente a un impacto significativo sobre el territorio, es la relocalización de tres especies de reptiles en categoría de conservación vulnerable y endémicas del Cajón del Maipo, estas son la lagartija del morado (Liolaemus moradoensis), lagarto de Lo Valdés (liolaemus valdesianus) y lagarto de Gravenhorst (liolaemus gravenhorsti).
Lo llamativo de esta medida fue la información levantada por el titular, ya que el registro de lagarto de Gravenhorst no se ajusta con el rango altitudinal, ni con la distribución histórica de este reptil, por lo tanto, “se solicita al titular precisar, fundamentar y dar certeza de este hallazgo, dado que los registros históricos señalados en la bibliografía reportan su presencia a una cota de no más de 1.050 metros de altura”, se pronunció el SAG.
Para Damien Esquerre, herpetólogo investigador de la Universidad Nacional de Australia y que se ha especializado en el estudio del género liolaemus, uno de los más diversos del mundo; “esto es muy llamativo, porque es una especie de matorral y de baja altura. Hasta donde yo sé nunca se ha registrado en el Cajón del Maipo, ese no es su ambiente”, dice.
Esquerre explica que el lagarto de gravenhorst es un reptil con serios problemas de conservación debido al avance de la ciudad. En los años 60’ fue muy abundante, pero el progresivo desplazamiento del límite urbano fue afectando su hábitat, ya que este lagarto habita el valle central. “Ha habido en los últimos cinco años descubrimiento de poblaciones en Pudahuel, Melipilla y Maipú, pero súper aisladas en lotes no urbanizados asociados a zarzamora y vegetación de este tipo. No calza donde la encontraron”, dice tajante el herpetólogo.
Frente al inusual hallazgo, Esquerre dice que “si realmente se encontró una especie que está declinando rápidamente en un lugar donde no se había descrito antes, hay que tomárselo con mucha seriedad, porque son muy pocas las poblaciones” y plantea una posible respuesta al extraño hallazgo: “lo más probable es que lo hayan confundido con otra especie que se le parece mucho, la lagartija de Schröeder (liolaemus schroederi), se confunden fácilmente” argumenta en vista de su experiencia de campo, pero también por la distribución de esta lagartija mucho más coherente con la altitud del hallazgo realizado por el EIA de Knauf.
Si bien este tipo de errores o confusiones, según consultamos a distintas personas que trabajan en la consultoría ambiental, es usual, sobre todo con reptiles, no deja de ser una falta de rigurosidad relevante, sobre todo en el escenario actual de pérdida de especies, hábitats y los servicios ecosistémicos que brindan a todo el resto de las cadenas tróficas y la necesidad de estudiar y comprender sus características.
Las observaciones técnicas son variadas en los distintos campos de cada servicio del Estado.Desde Queremos Parque, ya que este proyecto minero es contrario al resguardo de los últimos territorios fiscales de los valles de los ríos Colorado y Olivares, insisten que le harán oposición, “vamos a hacer observaciones, estamos estudiando y le vamos a hacer oposición, no queremos este proyecto, no es posible hacer un parque con este proyecto”, manifiesta Valenzuela.
Por su parte Cáceres, hace un llamado a las y los cajoninos a estudiar y presentar observaciones. Para esto desde el CAC han organizado distintas charlas informativas sobre el proyecto y preparan un tutorial sobre cómo ingresar una observación ciudadana. “Debemos unirnos en toda la comuna y ojalá en la provincia y exigir dignidad en los métodos mineros. Ellos dirán que cumplen con la normativa, pero todos sabemos que esta es bastante débil, entonces tenemos que estar firmes para defender nuestro entorno. Queremos ser una Zona de Interés Turístico, no una Zona de sacrificio”.
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