Naturaleza

EXPERTOS ALERTAN SOBRE FUERTE AUMENTO DE AVISTAMIENTOS DE CÓNDORES EN SANTIAGO

Las principales hipótesis apuntan a posible falta de alimento o la presencia de proyectos inmobiliarios que han invadido su hábitat. Cuando tenemos la oportunidad de vivir cerca de áreas naturales, puede ocurrir que los animales silvestres se acerquen a nuestras casas. El caso de los cóndores es particular, porque son animales muy curiosos y dependen de esa curiosidad para encontrar su alimento. Habitualmente sucede que las especies se acercan al hombre cuando hemos destruido tanto su hábitat que ya le cuesta encontrar sitios donde alimentarse. Sin embargo, alimentar a los animales silvestres y en particular a los cóndores es una práctica perjudicial.

Texto:Víctor Escobar- Sergio Alvarado (Grupo de Investigación y Estudio del Cóndor en Chile) Sergio Lambertucci- Pablo Alarcón-Karina Speziale (Grupo de Investigaciones en Biología de la Conservación – Argentina)

El cóndor andino (Vultur gryphus) ha surcado los cielos del valle de Santiago, desde mucho antes de la colonización americana. De hecho el cerro Manquehue, ubicado en el sector nororiente de la ciudad actual, significa lugar de cóndores en mapudungún. Con el crecimiento urbano, las zonas alrededor del cerro Manquehue y los valles precordilleranos de la cordillera de los Andes, se han visto invadidos por proyectos inmobiliarios y estructuras propias del desarrollo de la ciudad como edificios, industrias y autopistas.

Los ornitólogos, aficionados a la observación de aves, han registrados cóndores volando en la precordillera de Santiago y el cerro Manquehue desde el siglo pasado. Actualmente con el aumento exponencial de observadores y la implementación de bases de datos digitales como eBird – Chile (https://ebird.org/chile/home), hay registros de cóndores volando los límites de la ciudad desde hace más de 10 años.

Fotos: Víctor Escobar- Marisol Arriagada

En los últimos años han aparecido varios registros de cóndores que han sido registrados por la prensa, grabados con teléfonos celulares en balcones y terrazas de edificios residenciales, ubicados en el sector oriente de la ciudad de Santiago en zonas precordilleranas. Estos hechos han suscitado gran expectación y preocupación en la población, generando varias hipótesis con respecto al porqué los cóndores están bajando a la ciudad:

  • ¿Está disminuyendo el alimento disponible para los cóndores en la cordillera?
  • ¿Los cóndores observados corresponden a ejemplares enfermos o intoxicados?
  • Los cóndores que siempre se han visto y observado en la precordillera de Santiago volando, ¿están utilizando estructuras nuevas como edificios recientemente construidos?

Por otro lado estas observaciones generan una preocupación legítima, en cuanto a si individuos que han comenzado a visitar la ciudad pueden a su vez favorecer la llegada de otros.

En la zona central de Chile, antiguamente el cóndor andino se alimentaba de grandes herbívoros como el guanaco (Lama guanicoe), sin embargo actualmente su dieta ha sido reemplazada principalmente por ganado doméstico de tipo trashumante que en época estival es mantenido en la alta cordillera y en época invernal, producto de las nevadas, se concentra en zonas bajas de los valles, lo que dificulta el acceso a las carroñas. Por este motivo, durante la escasez de alimento en el invierno, el cóndor ha optado por otras fuentes de alimento de menor calidad como son los basurales y rellenos sanitarios, ubicados en zonas bajas del valle, lejos de los posaderos y zonas con mejores condiciones para el vuelo como son las montañas de la cordillera de los Andes. Estas fuentes secundarias de alimento son utilizadas, especialmente, por ejemplares de menor rango en la escala jerárquica de la especie, como son las hembras y los juveniles.

En el último tiempo, al cóndor se le ha visto visitar lugares humanizados, comiendo en basurales y rellenos sanitarios cercanos a la ciudad de Santiago. Estos avistamientos solo han sido registrados en esta zona del país con un aumento cada vez más en el número de aves que se alimentan, especialmente en temporada de invierno, cuando el alimento escasea en su hábitat natural en la cordillera. En estos, han ocurrido eventos de intoxicación masiva desde el 2005, donde han sido afectados un gran número de individuos. La ingesta de cebos tóxicos es una de las amenazas más importantes para las aves carroñeras en general y para el cóndor en particular, donde puede morir una parte importante de la población en un corto tiempo. La combinación de utilizar rellenos y basurales para alimentarse y ambientes humanizados en la ciudad es una señal preocupante para la población de cóndores de la zona central de Chile.

Los avistamientos de cóndores recientes en balcones y terrazas de zonas residenciales de Santiago, pueden tener varias explicaciones o hipótesis mencionadas anteriormente.

Ilustración: Oniplanet

Desde el 2016 se han reportado avistamientos de cóndores en edificios residenciales de la ciudad de Santiago. En el cuadro siguiente se muestran los registros que han aparecidos en la prensa escrita y de televisión, además de algunos registros de ciudadanos que los han subido a las redes sociales.

Uno de los registros más destacados es un video grabado y subido a las redes sociales, donde en dos ocasiones se registra a una hembra adulta acompañado de un macho adulto.

En base a un último registro de un programa de TV argentino (“Vamos a la Caye”), donde aparece la deportista Luciana Aymar en su casa de Santiago de Chile, alimentando a una hembra de cóndor silvestre que baja a la terraza de su hogar, se esboza un problema preocupante debido a que este tipo de comportamiento es inusual para un animal silvestre, ya que este cóndor, como se ven en las imágenes, mantiene una alta tolerancia a la interacción con el ser humano lo que podría atentar contra su sobrevivencia.

Ante este problema, el grupo de Investigación y estudio del cóndor en Chile liderado por el Dr. Sergio Alvarado y el biólogo Víctor Escobar junto con el Grupo de Investigaciones en Biología de la Conservación (https://grinbic.com), INIBIOMA (CONICET-Univ. Nac. del Comahue), liderado por el Dr. Sergio Lambertucci, Pablo Alarcón y Karina Speziale, especialistas en la especie, entregan varias razones para no alimentar a los cóndores:

Cuando tenemos la oportunidad de vivir cerca de áreas naturales, puede ocurrir que los animales silvestres se acerquen a nuestras casas. El caso de los cóndores es particular porque suelen ser muy curiosos y dependen de esa curiosidad para encontrar su alimento. Habitualmente sucede que las especies se acercan al hombre cuando hemos destruido tanto su hábitat que ya le cuesta encontrar sitios donde alimentarse. Sin embargo, alimentar a los animales silvestres y en particular a los cóndores es una práctica perjudicial.

¿Por qué nuestros alimentos pueden perjudicarlos, aun cuando parecen tener hambre?

  • La comida que consumimos las personas rara vez es nutritivamente adecuada para los animales silvestres. Su sistema digestivo está adaptado para digerir determinados tipos de alimentos encontrados en la naturaleza, por lo que la comida provista por las personas puede provocarles graves malformaciones y enfermedades. Uno de los trastornos más conocidos son las llamadas ‘Alas de ángel’ que su aparición en Europa ha sido asociada a la alimentación de las aves con pan (1). El cóndor Andino no es una excepción. Aunque ellos acepten el alimento que las personas les acercan, muchas veces esta comida no les aportará una dieta adecuada. Incluso, a pesar de que son carroñeros, la carne puede ser dañina si carece de ciertos elementos fundamentales como pelos, cartílagos, pedazos de huesos u otros elementos de la naturaleza que son necesarios durante el proceso de digestión.
  • Los animales silvestres necesitan desarrollar estrategias de búsqueda para encontrar el alimento en su medio natural. Por este motivo, el hecho de que se vuelven dependientes de los humanos para su alimentación puede reducirlos en su capacidad para conseguir alimento en su ambiente natural. Esto es especialmente importante en el caso del cóndor, ya que es una especie que debe aprender a buscar carroñas que aparecen en forma imprevisible y sobre grandes extensiones.
  • El hábito de alimentar a los animales silvestres puede ser riesgoso en términos sanitarios, tanto para las personas como para los animales. En la naturaleza hay diversos patógenos que circulan entre los animales silvestres, los domésticos y las personas y que dependen del contacto entre individuos para transmitirse de un grupo a otro. Los cóndores posiblemente estén adaptados para no sufrir las enfermedades causadas por estos patógenos, aunque los humanos podrían no tener la misma suerte. La inversa ocurre con otros patógenos.
  • Una vez que aprenden a conseguir comida gratis, los animales pierden el miedo a las personas. Esto puede provocar serios peligros dado que pueden lastimar a las personas que intentan tocarlos por sentirse amenazados o creer que se les está proveyendo de algo(2). La mordedura de un cóndor puede ser graves lesiones, ya que su pico está adaptado para desgarrar fácilmente el cuero de grandes animales muertos(3).
  • Finalmente, por el propio bien de los animales silvestres, es bueno que mantengan una prudente distancia del ser humano. Si bien muchas veces las personas los tratarán con cuidado y respeto, si los animales se vuelven demasiado confiados pueden acercarse ingenuamente a lugares donde los pueden cazar con facilidad. Cierto instinto de precaución ante la gente es importante para la supervivencia de los animales. En particular, el acostumbramiento a los humanos en el caso del cóndor puede llevar a la pérdida de poblaciones enteras ya que son animales que viven en grupos y en varias regiones de su distribución son cazados y perseguidos por creerlos animales dañinos.
Aprendamos a disfrutar de ver animales libres e independientes en sus ambientes naturales.”

Si quiere colaborar con la protección de los animales silvestres como los cóndores:

  • Apoye proyectos dedicados a la protección de los hábitats. Los cóndores, como todo animal silvestre, se benefician de un hábitat saludable que le provea el refugio, el alimento y los sitios de nidificación que necesita.
  • Cuide el hábitat natural cuando esté de visita, respete el derecho de los animales a vivir en un ambiente sano y pasee en silencio. Así tendrá más posibilidades de avistarlos en sus comportamientos más naturales.
  • En los Parques y reservas las personas tienen la maravillosa oportunidad de descubrir los hábitos y ambientes naturales de los animales. Si desea ver a los animales más de cerca visite los jardines zoológicos y si desea alimentar o cuidar animales, contáctese con centros de rehabilitación de fauna. Usted puede colaborar con ellos.
  • Sea un verdadero amigo de los animales silvestres, mantenga la comida y las manos lejos de ellos.
  • En algunos casos si se ejercita la paciencia y el contacto prolongado con el ambiente, algunos animales pueden verse también muy de cerca sin necesidad de alimentarlos.
  • Vale la pena perderse de alimentar un cóndor para que nuestros ecosistemas sigan con su orden natural.

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