Fauna,  Naturaleza

Araña pollito, nuestra peluda y tranquila vecina

En los cerros de la zona centro de Chile habita un peludo arácnido, cuyos imponentes colmillos son equívoca señal de agresividad. A pesar de su gran tamaño es de las arañas  más dóciles del planeta. La araña pollito se distribuye desde la región de Coquimbo y hasta la del Biobío, llegando hasta el Cajón, refugio en la RM para su especie, ya que su apacible vida se ve amenazada por el avance de la ciudad y la fragmentación de su hábitat.

Por Francisca Inostroza

Una de las características más destacadas de la araña pollito  (Grammostola rosea) es su distintiva coloración. Cuando la describieron por primera vez, los naturalistas europeos la nombraron Grammostola Rosea precisamente por el color, ya que los machos tienen una llamativa tonalidad rojiza, mientras que las hembras tienden a ser más grises.

Habitan debajo de piedras y también hacen nidos bajo tierra en el bosque esclerófilo. Comparada con otras tarántulas endémicas, es de las más grandes que existen en Chile. Tienen una alimentación carnívora, con una dieta basada en pequeños y medianos insectos. Suelen pasar largos periodos sin alimentarse, especialmente durante el invierno, época en la que hibernan. Incluso en sus momentos de mayor actividad se alimentan de 2 a 3 veces por semana.

Araña pollito posición de defensa, foto Ignacio Pascual.

En la zona central del país, la araña pollito destaca como la araña más común y reconocible. A diferencia de otras tarántulas que se ocultan en la penumbra, esta especie se deja ver durante el verano, cuando los machos emergen en busca de hembras. Su presencia es una señal de la buena salud del ecosistema local.

Los individuos adultos presentan un característico dimorfismo sexual, es decir, tienen claras diferencias visibles según su sexo. Las hembras llegan a un tamaño de 12 cm, siendo los machos un poco más pequeños. Sin embargo, cuando son jóvenes este dimorfismo es imperceptible. Ya completamente desarrollados, pueden llegar a pesar entre 14 a 18 gramos.

“Es común escuchar que las personas mencionan que una tarántula entró a sus casas y las matan, pero en realidad nosotros construimos sobre sus hogares. A pesar de tener ocho ojos, su visión es muy limitada y en blanco y negro. Para las arañas pollito somos una gran mancha negra en movimiento, nosotros somos el peligro para ellas”, explica Rubén Montenegro, investigador y colaborador del área de Entomología del Museo Nacional de Historia Natural.

A pesar de tener múltiples ojos, tienen muy mala visión, por lo que dependen principalmente de la sensibilidad del pelo en sus patas para orientarse en su entorno. Sus colmillos inyectan veneno al morder, una dosis suficiente como para incapacitar a sus presas, pero incapaz de dañar a posibles amenazas de mayor tamaño como grandes y medianos mamíferos. Estas cualidades combinadas con sus lentos movimientos hacen a las arañas pollitos seres más bien tímidos y cautelosos.

Al momento que notan la presencia de un humano, seguirán su camino de manera tranquila y calmada, en contraposición de otros tipos de arañas, como el caso de la famosa araña de rincón, la cual podemos observar moverse a gran velocidad. Sin embargo, la araña pollito no vacila ni tropieza para cazar a sus presas.

Al sumergirse en el mundo de las tarántulas, Montenegro se dio cuenta de la falta de información sobre su distribución y características, lo que lo llevó a emprender una exhaustiva investigación junto al biólogo Milenko Aguilera, de la Universidad de Concepción. Las colectas realizadas en El Manzano y en Baños Morales les permitieron establecer que la araña pollito habita entre los 1.000 y 2.200 metros de altitud, al igual que en el resto de la Zona Central.

Avispa caza arañas.

Uno de los grandes logros de este equipo fue el redescubrimiento y descripción de la Grammostola rosea, una especie endémica que no había sido bien documentada anteriormente.

En esta línea, Montenegro y Milenko describieron un comportamiento único de la araña pollito: cuando las crías emergen de su saco de huevos, lo hacen en una fila similar a las de las hormigas. “Estos juveniles se dispersan formando una sola fila de hasta 160 individuos y de entre dos y cuatro metros de largo. Además, confirmamos el uso de hilos de seda durante el proceso de dispersión. Este comportamiento es raro y no se ha observado en otras especies de tarántulas”, explica el investigador.

Por otro lado, lo que sí tienen en común diferentes especies de tarántulas es el nombre, ya que “araña pollito” es el nombre común que se les da a varias tarántulas en algunos países de Sudamérica. “Mi teoría es que los primeros naturalistas europeos que llegaron a América y vieron grandes arañas en la Amazonía que podrían cazar pequeñas aves, las llamaron birdspiders, por lo tanto, se siguió ocupando la traducción de “araña pollito”, plantea Montenegro.

Además, estas arañas tienen un comportamiento relativamente inofensivo: tienden a huir antes que atacar,lo que la convirtió en el arácnido ideal para vender como mascota durante el siglo pasado, un mercado que extrajo, reprodujo y exportó miles de arañas pollito desde Chile al mundo.

Gramostola rosea cruzando camino El Toyo. Foto de Almendra Sepúlveda

Mascotización de una gigante

La araña pollito, muy codiciada en Europa y Asia, comenzó a exportarse desde Chile en grandes cantidades, principalmente porque una vez implementada la Ley de Caza en 1990, que prohibió la caza y captura de diferentes reptiles, los distintos fanáticos de mascotas exóticas alrededor del mundo voltearon la mirada hacia estos apacibles arácnidos peludos.

En 1991 se exportaron más de 60 mil individuos, en 1992 más de 81 mil y para el año 2011 se exportaron más de 90 mil solo hacia Hong Kong, explica Montenegro.  Así, Chile se convirtió en uno de los mayores exportadores de tarántulas en el mundo, tanto de Grammostola Rosea y Grammostola Cala.

Un ejemplo fue la empresa Andespiders que se dedicaba a exportar tarántulas a Estados Unidos y a algunos países de Europa, entre ellos, España. Al mes, vendía unas 200 tarántulas en Chile y más de 2.000 fuera del país, con precios que oscilaban entre uno a 20 dólares por ejemplar, consiguiendo unos 50.000 dólares al año con 20 mil tarántulas exportadas anualmente.

Hace unos 10 años una araña pollito se podía comprar en el mercado nacional por unos 5 mil pesos  y a 10 mil pesos con un pequeño terrario. En 2014, se comercializaron en el país casi 60 mil ejemplares, según la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (ODEPA).

Con muy poca atención de parte de los científicos por estudiar la araña pollito, recién en 2015 fueron incluidas en la Ley de Caza, que prohibió su recolección, mantención y su exportación ilegal. Esta legislación se debió a las preocupaciones sobre la recolección excesiva y la falta de regulación adecuada. Montenegro, sin embargo, explica que si bien el mascotismo ilegal continúa después de esta ley, las cantidades son diminutas en comparación a los 90” y principio de los 2000.

“Sé de grupos que intercambian arañas, que colectan y exportan, pero no generan el mismo impacto que antes. Es muy complejo además generar una exportación ilegal a gran escala que sea lucrativa. Estas tarántulas demoran 8 años en madurar sexualmente y poder producir nuevos individuos, por lo que es muy difícil que se convierta en negocio”, explica el experto a la luz de la legislación actual que protege a las arañas pollito.

Luego de la implementación de la Ley de Caza, la exportación en 2015 se redujo abruptamente a 20 mil ejemplares, cayendo las cifras año a año posterior a la entrada en vigencia de la  legislación.

Si bien están permitidos los criaderos con los permisos pertinentes, en 2016 el SAG realizó la liberación más grande de “arañas pollito” de Chile, operativo que reinsertó casi 2.000 ejemplares decomisados en la Región de Coquimbo, los que trasladados en pésimas condiciones tenían por fin ser vendidos como mascotas.

Michelle Madaune, directora del Centro de Rehabilitación de Fauna Silvestre  de Codeff, comenta que durante los últimos años casi no han recibido arañas, solo una en 2023, que fue entregada de forma voluntaria por una persona que la había adquirido en una feria libre durante la Pandemia de covid-19.

“Desconocemos si no hemos recibido arañas porque ha disminuido la venta de tarántulas o porque las personas desconocen que son animales protegidos y por lo tanto no saben que deben ser reinsertadas y que los centros de rehabilitación las recibimos”, comenta Madaune.

Por su parte, Montenegro insiste en que “es importante conocer el alcance del mascotismo ilegal que existe alrededor de esta especie actualmente. Lo cierto es que por más que sea en menor medida, sigue sucediendo y nadie lo mide, por lo que no podemos conocer las reales consecuencias y su impacto”, advierte el investigador.

La deuda con los arácnidos: estudiar para comprender, comprender para conservar

Las tarántulas son especies clave en la cadena trófica, ya que son alimento de aves y reptiles, pero además, son depredadoras que mantienen a raya a diferentes insectos que podrían llegar a ser una plaga.

Sin embargo, para la araña pollitola pérdida y fragmentación de hábitat son una importante amenaza. La urbanización y la destrucción de su hábitat natural han reducido drásticamente las áreas donde pueden vivir y reproducirse. Las tarántulas requieren hábitats específicos y áreas con suelos adecuados para cavar madrigueras, lo que hace que la pérdida de hábitat sea especialmente perjudicial para su supervivencia.

La conservación de la Grammostola rosea es crucial para asegurar su supervivencia a largo plazo y su estudio es una pieza clave. No obstante, en Chile no existe una institución dedicada exclusivamente al estudio de los arácnidos, a pesar de las más de 760 especies de arácnidos que hay en el país.

“Solo hay descritas 14 o 15 tarántulas endémicas en Chile, porque no existe una escuela de arácnidos en el país. Los recursos de los proyectos que hemos realizado para poder describir a la especie han salido de nuestro propio bolsillo, por lo que no es raro que se sepa tan poco de las arañas”, comenta Montenegro.

Durante la investigación de Montenegro y Milenko, descubrieron que el material original usado para describir esta araña estaba perdido en Francia, lo que los obligó a buscar nueva evidencia en Chile, desde Valparaíso hasta el Maule. “Nos tomó mucho trabajo realizar una descripción de la araña porque los museos no tienen material recolectado de tarántulas, por lo que se necesita un permiso especial del SAG. Nos tomó años”, comenta Montenegro.

Si bien en Chile no hay un centro de investigación o una entidad que concentre la actividad académica relacionada con los arácnidos, a nivel continental se realiza cada tres años el Congreso Latinoamericano de Aracnología, el que se desarrolló este año en Bogotá, Colombia y se espera se realice en Ecuador el 2027, dando cuenta de la efervescente actividad académica en torno a los arácnidos, de la cual Chile no se quedó al margen, como dan cuenta distintas ponencias que se realizaron en esa instancia sobre arácnidos chilenos.

Pero la conservación de las especies también requiere de cada persona en el día a día. Al estar en presencia de una tarántula al interior del hogar o en un lugar donde corra riesgo, sin asustarse, hay que tomarla  e ir a dejarla al lugar natural más cercano, como un cerro. Los machos en verano suelen atravesar las carreteras, por lo que vehículos y ciclistas pueden constituir un peligro para nuestras peludas vecinas.

“El Cajón es un centro muy importante de tarántulas, por lo que tiene mayor relevancia poder cuidarlas en este entorno”, enfatiza Montenegro.

La respetuosa apreciación y protección de la peluda araña pollito no solo colabora con la preservación de una especie valiosa, sino que también contribuye al equilibrio de los ecosistemas en los que habita.

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