Sin usar ningún tipo de energía, un grupo interdisciplinario de chilenos utiliza una ingeniosa técnica creada en India para congelar agua en invierno, de forma vertical, y así disponer de ella durante el período estival. Su intención es volver a situar al agua como un elemento sagrado para la vida y desarrollar un proyecto, inspirado en los glaciares, con potencial para enfrentar la crisis hídrica.
Por Ignacio Pascual V.
En el contexto del calentamiento global, el aumento de la temperatura ha provocado, entre otras cosas, un mayor derretimiento de los glaciares, afectando el régimen de lluvias y la disponibilidad de agua de forma constante. Ante esta situación, en 2015 el ingeniero indio Sonam Wangchuk, creó las estupas de hielo ( Ice Stupas por su nombre original), estructuras verticales de hielo similares a la arquitectura de las estupas budistas, de ahí su nombre.
Frente a la falta de agua en los meses de primavera y verano en la localidad india de Ladakh, en la cordillera del Himalaya, Wangchuk desarrolló esta forma de almacenamiento de agua, la que en su primer piloto alcanzó una altura de 20 metros con un almacenamiento de un millón y medio de litros de agua, fundamentales para una zona ubicada en un desierto frío en las faldas del macizo rocoso asiático.
Para crear las estupas se conduce hacia abajo agua de los torrentes de mayor altitud a través de tuberías hasta llegar al punto donde se erigirá el hielo. Allí la tubería termina en un aspersor que, debido a la diferencia de altura, permite expulsar el agua con presión, lo que genera una pequeña llovizna que con el frío de la noche de la alta montaña se congela sobre una estructura de madera, depositándose constantemente y generando hielos verticales.
En 2021 un grupo de chilenos estuvo en India junto a Wangchuk aprendiendo la técnica de construcción de estupas de hielo. Maravillados por su increíble simpleza y efectividad, comenzaron con un piloto en el Parque Arenas en el Cajón del Maipo, punto de inicio de lo que hoy es un proyecto que busca incorporar la Inteligencia Artificial para optimizar su gestión.
Nilus: del Himalaya a los Andes centrales de Chile
Nilus, así se llama el proyecto sin fines de lucro de la compañía Unit, una aceleradora de proyectos de tecnología sustentables, que desde 2021 junto a un equipo multidisciplinar conformado por hidrólogos, sociólogos, geólogos e ingenieros, entre otros profesionales, desarrollan las estupas de hielo en el Parque Arenas del Cajón del Maipo.
En 2021 construyeron la primera estupa, la que no estuvo exenta de problemas, como el congelamiento de las mangueras o de los aspersores. Aún así, el primer piloto alcanzó ocho metros de altura, lo que se tradujo en una acumulación de 500 mil litros de agua, pero también en una experiencia significativa por los datos obtenidos.
Los objetivos de Nilus, junto con la acumulación de agua de forma sostenible, son la rehabilitación y recuperación de los ecosistemas precordilleranos y a través de esto promover una cultura de cuidado y reconocimiento del agua “como un elemento sagrado esencial para la vida”.
En este sentido, “el año pasado vimos que aumentó la vegetación. Tenemos la hipótesis de que pudo haber bajado la temperatura en uno o dos grados, entonces son cosas interesantes, no solamente es juntar agua, sino que también es ver cómo ir reconstituyendo estos ecosistemas”, adelanta Joan Bas, director de sustentabilidad del proyecto Nilus.
Estupa arcoíris
En la actualidad y siguiendo con este trabajo de levantamiento de datos, el equipo de Nilus está construyendo tres nuevas estupas de hielo a diferentes altitudes en el sector del camino hacia el glaciar El Morado entre los 2.900 y 3.400 m.s.n.m, “eso nos va a permitir testear en términos de la altura cómo reaccionan y cómo conviven con los valles donde nos vamos a ir instalando”, explica Bas.
Triple impacto de los ice stupas
Conocida es la acumulación de agua mediante embalses que permite mantener un flujo constante del recurso en los meses más secos, entonces ¿por qué acumular el agua en estupas de hielo? Debido a su forma cónica, el hielo de la estupa es capaz de resistir mejor la radiación solar.
“El almacenamiento a través de ice stupas reduce la evaporación en casi una quinta parte. En un embalse, al ser un espejo de agua horizontal, la radiación le llega de forma permanente. El ice stupa por su forma geométrica y por el hecho de que está en forma de hielo, permite que el agua dure bastante más tiempo”, remarca Bas.
A esta ventaja con respecto al embalse, se suma que los ice stupa no requiere de energía externa de ningún tipo para mover el agua y por otro lado, no genera el impacto en los ecosistemas producto de la inundación de un valle para retener agua mediante embalses, por el contrario, “los ice stupas reducen la cantidad de espacio que requieres para juntar agua”, asegura Bas.
Desde el punto de vista social, en un contexto de escasez hídrica a nivel nacional, el proyecto Nilus pretende aportar con la acumulación de agua que de forma natural corre hacia el río reteniéndola por más tiempo en forma de hielo y así, en primavera y verano, aportar con mayor cantidad de agua en la época de mayor consumo.
Sobre el impacto ecológico positivo, a pesar del entusiasmo y del avance del proyecto, Bas es cauto ya que la recuperación del ecosistema glaciar “es algo que estamos comprobando, queremos ser super responsables en eso, queremos restituir los ecosistemas locales y quizás en un futuro ayudar a reconstruir los glaciares que se están descongelando, eso también es una teoría que aún no está comprobada, pero que nos gustaría en este proceso de investigación poder asentarlo”, plantea Bas.
Junto con esto, a nivel económico, plantean desde Nilus, ser una forma más barata y local para acumular agua, la que luego podría ser gestionada por las comunidades locales o mediante gestión público-privadas. Para esto, la etapa de generación de información es fundamental y es allí donde el proyecto Nilus se diferencia de la experiencia que los inspiró en India.
Inteligencia Artificial aplicada en estupas de hielo
Si en Ladakh la gente vive en el mismo lugar en el que se emplazan las estupas, lo que facilita su funcionamiento, en Chile las condiciones geográficas son distintas ya que la población se distribuye entre la precordillera y los valles, no en la alta cordillera como en el caso indio. Ante esa situación Nilus ve la Inteligencia Artificial (IA) como una herramienta para optimizar la creación y monitoreo de los ice stupas.
A través de la IA Nilus pretende automatizar las estupas, de manera que operen solas ya que hay mayor dificultad para acceder a ellas en invierno debido a las nevadas. “La IA nos permitirá que bajo ciertas condiciones el agua se tire de cierta forma, si hace más frío, que el agua corra durante más tiempo. Si hay más radiación solar quizás no tirar más agua, si cambia la presión atmosférica, etc., con ese sentido”, ejemplifica Bas sobre el uso de la IA que quiere implementar Nilus.
Esta vuelta de tuerca que le ha dado Nilus a las estupas de hielo ha llamado la atención de la prensa, de distintos profesionales y organizaciones con las que se han reunido para mostrar el proyecto. Algunas de ellas han sido la Asociación de Canalistas del Maipo, con quienes se reunieron en 2020 y para este año pretenden juntarse con la Dirección General de Aguas (DGA) y otras autoridades del Estado.
A pasos agigantados, el objetivo de Nilus para este 2022 es monitorear las nuevas estupas de hielo y así dotar de más información al proyecto para en 2023, según su planificación, crear el primer parque hídrico del país con la implementación de 50 estupas en el sector de El Morado.
Esta segunda etapa de implementación del proyecto, contó con la presencia de Sonam Wangchuk que en una breve visita a Chile durante la última semana de mayo estuvo con el equipo de Nilus, quienes le otorgaron el honor de “abrir la llave” de la primera de las tres nuevas estupas planificadas para 2022 en el sector del glaciar El Morado.
“Sonam estaba super entusiasmado con nuestro proyecto, tuvimos una charla en la que habló sobre su experiencia y luego encendió la llave del primer ice stupa de 2022. Fue muy bonito y simbólico. Él está súper fascinado y comprometido con lo que estamos desarrollando, en cómo esto ha ido escalando y cree que las condiciones que tiene Chile son super adecuadas para pensar en un modelo como el de los ice stupas”, trascendió Joan Bas a Revista Cajón del Maipo, tras la visita del laureado ingeniero pionero de las estupas de hielo.
La importancia de lo glaciares
Chile concentra más del 80% de los glaciares del continente sudamericano y cerca del 11 % de los glaciares del mundo. Hay glaciares en todas las regiones del país y según el Inventario de Glaciares de la Dirección General de Aguas, actualizado a 2022, hay 26.170 de estas conformaciones, en sus diferentes formas.
En un país como Chile, en el que el agua tiene un origen mayoritariamente cordillerano, los glaciares no son solamente una reserva estratégica de agua, fundamental para el desarrollo de la vida en la precordillera y los valles; también son en seres garantes de derechos humanos, como los describe Kristina Lyons, antropóloga norteamericana especializada en conflictos socioambientales.
“La importancia de los glaciares en un país como Chile es enorme, porque si hablamos solamente del centro del país, hasta el 60% del agua potable viene de los glaciares, entre rocosos y descubiertos. Es sumamente importante el rol de los glaciares para recargar los acuíferos, brindar agua a las quebradas, el agua potable para, arrieros, ganaderos, la agricultura y las ciudades”, recalca la doctora en antropología que se encuentra en Chile estudiando la dimensión social de los glaciares.
Estos verdaderos hielos milenarios muchas veces solo los vemos como reservas estratégicas de agua- y claro que lo son- pero Lyons destaca otras dimensiones de los glaciares, ya que, cumplen papeles sociales vinculados a la recreación, salud, estética del paisaje y espirituales de diversos pueblos en Chile, así como su capacidad de bajar la temperatura a nivel global.
La cordillera privatizada
A pesar de la relevancia de los glaciares, en Chile aún no hay una ley que los proteja de la principal amenaza antrópica local: la minería. Al respecto la doctora comenta impactada que son territorios en disputa a pesar de su evidente relevancia para la vida.
“La verdad yo no he visto en otros países de América Latina tanta intervención en los glaciares, ni tan poco respeto por los glaciares como en Chile. Es impactante que no haya mayor conciencia, pero evidentemente el lobby minero es poderoso en Chile, es chocante ver casi una entrega total de la cordillera, en el centro y norte del país, al sector minero energético”, lamenta Lyon, quien también ha seguido de cerca el proyecto Nilus y su desarrollo.
Argumenta Lyon que esta entrega de la cordillera a la minería ocurrió por la fuerte privatización e instalación del extractivismo, mediante leyes y privilegios para este sector, pero también por la falta de relación de la ciudadanía con la alta montaña y su desconocimiento. “¡La cordillera no es solo una frontera, es vida, hay mucha flora, fauna y mucha agua, es increíble!”, exclama entusiasmada.
A la luz de estos datos y reflexiones, hay que sumar que el año pasado la Unidad de Glaciología y Nieves de la DGA informó del retroceso récord de los glaciares en Chile, con una pérdida de espesor de 30 metros por año y con retrocesos de hasta un kilómetro por año de su superficie total.
En este escenario, los objetivos de Nilus y la tecnología de las estupas de hielo se perfilan prometedoras, sin embargo Bas es claro en mencionar que “no somos la solución definitiva, no creemos que el agua que falta frente al cambio climático la vamos a juntar a través de ice stupas. Sí creemos que es una solución bien importante y que además enfrenta desafíos técnicos propios de la escasez, pero también hay un objetivo importante de la responsabilidad y la cultura”, aclara el integrante de Nilus.
Junto con esto, Bas enfatiza que es relevante investigar y desarrollar proyectos para enfrentar la escasez hídrica de manera multidisciplinaria, iniciativas que puedan abordar las dificultades técnicas, y desde allí, la generación de una cultura del cuidado del agua, para Nilus, es fundamental, “porque si nos quedamos sin agua, nos quedamos sin vida y eso es algo absolutamente clave”, sentencia.
Por otro lado, Lyons destaca el aumento de movilizaciones, de organizaciones y del debate en torno a la protección de los glaciares, el que se ha materializado, por ejemplo, en el debate legislativo de la ley de protección de glaciares. Pero más allá del ámbito institucional, la antropóloga celebra la acción ciudadana.
“Muchas comunidades están en la lucha por este proceso de transición hacia otro paradigma. Aprender y convivir en el territorio, ser parte del territorio, no dominar un territorio, no canalizarlo, no mitigarlo, sino que reconocer que los seres humanos somos un actor entre muchos otros seres. Es un proceso que vemos que está pasando y eso es esperanzador”, concluye.
Quizás el proyecto Nilus es una de las tantas expresiones que, como habitantes de un mismo mundo, estamos dándonos para enfrentar una crisis climática sin precedentes y que necesita, por tanto, de la suma de voluntades del mundo trascendiendo fronteras, como lo es esta tecnología desarrollada en los Himalayas y que hoy se implementa en Chile.
infografía-Glaciares_V5-FINALFotografías gentileza de Proyecto Nilus.
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