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La urgente lógica de cuencas para el futuro del Cajón del Maipo

Tras el aluvión de enero pasado en San Alfonso, investigamos por qué la zona cajonina pareciera estar siempre expuesta a este tipo de eventos. También sugerimos un camino para poder mitigar el impacto de este tipo de desastres naturales.

Por Carolina Ruiz y Camilo Hornauer. Fundación Plantae

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Construcción en 1930 de la Bocatoma Los Queltehues en la comuna de San José de Maipo. Chilectra Metropolitana. Archivo Biblioteca Nacional Digital

Desde la Colonia, el territorio cordillerano de la Región Metropolitana comenzó a sufrir una rápida y sostenida transformación. La canalización de las aguas para riego y una pujante industria minera, moldearon la parte alta de la cuenca del Maipo hasta convertirla en un territorio altamente fragmentado, privatizado y degradado. Los valles y empinadas laderas de la zona, polos de asentamiento, comenzaron a ver acelerada su deforestación por la necesidad de satisfacer necesidades humanas. Esto, sumado al desarrollo ancestral de ganadería trashumante, mermaron la cobertura vegetal y la estructura del suelo hasta modelar el paisaje que conocemos actualmente en el Cajón del Maipo: pendientes deforestadas, degradadas y erosionadas debido a su indiscriminado uso.

Túnel Las Lajas del proyecto Hidroeléctrico Alto Maipo. Coordinadora No Alto Maipo

Pareciera ser que todo el sector está en una permanente alerta en cuanto a aluviones o desastres similares. Sobre todo, si desprendemos que al factor de suelos erosionados, se suma la potencial presencia de algún fenómeno climático extremo, frecuente y exacerbado producto del calentamiento global.

¿Cuál será la recurrencia, la magnitud y el impacto que podrían tener estos eventos hacia el futuro, considerando el incuestionable cambio climático? Además del riesgo directo sobre la vida humana, no debemos olvidar la afectación a infraestructura crítica, como el sistema de agua potable, un bien cada vez más escaso y con una mayor demanda, tanto en el Cajón del Maipo como en la Capital.

Aluvión que arrasó con la localidad de San Alfonso. Carla Borja / @carlaborjar

Ubicada en la parte alta de la cuenca del río Maipo, la comuna de San José alberga altas cumbres captadoras de agua, grandes afluentes y la mayor reserva de agua glaciar de toda la zona central (855 glaciares que abarcan 367 km2) lo que la convierte en la mayor abastecedora de agua potable de la Región. A pesar de esto, el territorio sigue siendo impactado y amenazado principalmente por actividades industriales, como la minería y proyectos de energía, como Alto Maipo.

Surge como primera reflexión que un adecuado ordenamiento y consecuente planificación territorial, como política de Estado, son claves. Si consideramos que el agua y los ecosistemas se encuentran en un momento crucial y de alta vulnerabilidad, el enfoque de gestión de cuencas, es el camino correcto.

Encuentro Somos Cuenca. ©Felipe Zanotti / @zettafilms

En este sentido, la metodología de “manejo integrado de cuencas” cobra mucha fuerza. Esta forma de pensar los territorios, permitiría definir claramente las vocaciones territoriales (ej. turismo sustentable a partir de la puesta en valor de actividades locales, culturales y tradicionales), identificar las actividades económicas que benefician tanto a las personas como a los ecosistema, definir acciones que hagan más resiliente a los territorios y crear áreas de preservación; todo aquello que directa o indirectamente propenda a prevenir y/o mitigar el riesgo de desastres naturales.

Glaciar Juncal Sur en su nacimiento. Damir Mandakovic / @damandakovic

El gobierno de turno entonces, está en una encrucijada: seguir respaldando una economía extractivista o comenzar a pensar alternativas económicas y políticas públicas alternativas, innovadoras y aliadas de la conservación. De iniciarse esta transición, una señal concreta sería declarar área protegida las últimas tierras fiscales del Cajón del Maipo (142.000 héctareas). La declaratoria de área protegida y un adecuado Plan de manejo, con participación de la comunidad local, ayudaría a prevenir desastres naturales, mitigando el impacto de ciertos eventos como aluviones a través de la recuperación de suelos, cobertura e infraestructura verde entre otras instancias. Sin embargo, este territorio está disputado con la industria minera, la cual tiene más del 60% de dicho sector “reservado” con concesiones, las que pertenecen mayoritariamente a Anglo American y Codelco.

DEL TERRITORIO DE QUEREMOSPARQUE

La pregunta que cabe por hacerse entonces es: si el gobierno no quiere conservar y proteger este vasto territorio fiscal, ni resguardar las fuentes de agua que abastecen a los ciudadanos y futuras generaciones ¿Qué otro mejor destino podrá querer darle?

Saque usted sus propias conclusiones.

Faenas Mina Los Bronces y Andina. Fundación Plantae.

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