“Comencé a correr por distintas causas, a combinar mi pasión por la naturaleza con el deporte. Descubrí que correr también podía ser una gran herramienta de activismo para defender nuestros ecosistemas de ciertas amenazas que ponen en riesgo esos lugares.”
Por Felipe Cancino
Nosotros los seres humanos, históricamente hemos corrido por diferentes motivos y necesidades. Corríamos para cazar, por supervivencia; antiguas civilizaciones corrían para entregar mensajes, desplazarnos rápidamente de un lugar a otro; algunos monjes en Japón aún corren a través de las montañas para alcanzar la iluminación y plenitud espiritual. El acto de correr ha sido parte de nuestra historia a lo largo de la humanidad, de alguna manera está en nuestro ADN.
En mi caso, desde que tengo memoria, he sentido una tremenda curiosidad y atracción por el mundo natural y la naturaleza que nos rodea, la montaña siempre me generó un magnetismo especial hacia sus relieves. Comencé a explorar su geografía desde muy pequeño, aprendí a sentirme cómodo y desplazarme eficientemente por sus senderos. De a poco comencé a correr en mis salidas y excursiones al cerro, muchas veces por el gusto del esfuerzo físico, otras para ofrecer menos resistencia a la gravedad. Fue una manera muy inocente de comenzar a explorar y practicar un deporte que hasta esos tiempos no tenía nombre ni apellido; para mí solo era correr y disfrutar. No fue entonces hasta que salí del colegio cuando comencé a involucrarme profesionalmente y aprender más de los deportes al aire libre. En mi etapa universitaria comencé a participar en distintos eventos y competencias deportivas en la naturaleza. Fue una etapa muy formativa que me llevó a conocer mis propios límites y capacidades, de cierta manera, también me llevó a profesionalizar algo que hasta ese entonces para mí siempre fue algo un poco más instintivo.
Aprendí también que el acto simple de correr por la naturaleza a través de sus senderos pasó a conocerse mundialmente como un deporte llamado TRAIL RUNNING, estaba recién partiendo en el país y ganando cada vez más adeptos. Estos fueron mis inicios en esta actividad y deporte que practico hasta el día de hoy.
Cuando corro siento una conexión especial conmigo mismo. Me conecto con mis sentidos, mi respiración, los latidos de mi corazón, la superficie que siento en mis pies con cada paso, el viento y la temperatura exterior en mi piel. También a un nivel cognitivo, correr para mi es una especie de meditación en movimiento.
De a poco toda esta auto conexión se comienza a expandir y vincular con el lugar donde estoy, generándose una conciencia por los lugares donde me estoy moviendo y lo que voy observando en algún recorrido. Una bonita manera de conectarse con la naturaleza, distintos territorios e incluso comunidades que habitan esos lugares.
Con el tiempo, correr por distintos lugares de Chile y el mundo me llevó a conocer distintos escenarios y paisajes. Fue una manera muy bonita y orgánica de conectar con distintos lugares y realidades. De a poco me fui dando cuenta que esta actividad podía ser más que solo un deporte, si no que también una actividad trascendental.
Comencé a correr por distintas causas, a combinar mi pasión por la naturaleza con el deporte. Descubrí que correr también podía ser una gran herramienta de activismo para defender nuestros ecosistemas de ciertas amenazas que ponen en riesgo esos lugares.
Nuestro país es un lugar realmente increíble para el desarrollo de actividades al aire libre. Tenemos una naturaleza con una diversidad única en el mundo, una variedad de paisajes tremenda… montañas, glaciares, ríos lagos, bosques, costas, desiertos, etc. Pero esta riqueza natural contrasta también con nuestro modelo de desarrollo y con la fuerte industrialización que domina muchos de los territorios en nuestro país, un claro ejemplo es el Maipo. Chile además se encuentra en una posición muy vulnerable frente a los efectos del cambio climático. Acá en la zona central de Chile, lo venimos viviendo hace más de una década con la sequía más extrema que hemos enfrentado.
Así como dependemos de la integridad de nuestra naturaleza para el desarrollo de nuestros deportes, más importante aún, necesitamos del bienestar y el equilibrio de nuestros ecosistemas para vivir. En ese sentido, creo que nuestro rol como deportistas es fundamental a la hora de defender estos espacios. Es importante que exista un compromiso con nuestra naturaleza, que podamos desarrollar nuestros deportes de manera segura y responsable con el medio ambiente, y finalmente generar conciencia sobre las amenazas que ponen en riesgo nuestra naturaleza.
El documental de la marca Patagonia recién estrenado “Corriendo Para Salvar una Cuenca” es la muestra de todo ese trabajo que he hecho como deportista y activista en el Cajón del Maipo, el lugar que habito hace varios años. Este trabajo audiovisual retrata como yo he transformado el deporte que practico, el Trail Running, en una herramienta de activismo para realizar un recorrido corriendo por la montaña a través del trazado completo del proyecto hidroeléctrico Alto Maipo.
Esta travesía me llevó desde el sector más urbano de nuestra comuna en el sector de Las Lajas, hasta las bocatomas ubicadas en la parte alta de la cuenca, el nacimiento de las aguas y la alta montaña en el sector del Valle Arenas. Fueron 120 kilómetros de recorrido por senderos y caminos, cruzando por las tres principales sub-cuencas del Río Maipo (Colorado, Yeso y Volcán), una travesía realmente increíble que pone en contraste la naturaleza salvaje y prístina en muchos lugares que tiene nuestra comuna con el impacto y el daño ambiental que ha generado Alto Maipo en nuestro ecosistema, del cual depende toda la Región Metropolitana también.
Mi objetivo esta vez fue ser los ojos de las personas que no tienen la posibilidad de llegar a estos lugares lejanos y remotos para poder mostrar los impactos del proyecto y evidenciar lo que está en juego en la cuenca que habitamos.
Esta película es parte de una campaña ciudadana que se llama #SalvemosElMaipo y que tiene como objetivo exigirle al gobierno la clausura inmediata del proyecto hidroeléctrico Alto Maipo y proteger nuestros ecosistemas para siempre.
Correr por salvar la cuenca del Río Maipo es mi grano de arena en esta lucha socio ambiental que lleva largo tiempo desarrollándose y que tiene la esperanza de poder salvar la naturaleza de nuestra comuna y este ecosistema tan valioso que es vital para el desarrollo de la vida en la región completa.
Felipe Cancino es embajador de Trail Running en Patagonia. Educador al aire libre, instructor de montaña, deportista y apasionado del mundo outdoor, la naturaleza y su conservación. Estudió la carrera de Ecoturismo y comenzó la carrera profesional a los 18 años. La educación ambiental y educación al aire libre se transformaron en una herramienta para poder enseñar y transmitir el entusiasmo por la naturaleza y el mundo natural. Una carrera profesional que empezó temprano y continúa hasta el día de hoy. El año 2011 marcó el inicio de un nuevo camino profesional como educador al aire libre e instructor de montañismo en la escuela NOLS (National Outdoor Leadership School). Un camino que me lo llevado a trabajar en algunos de los rincones más remotos del planeta como las montañas de Yukon y British Columbia (Canadá), Himalayas (India), North Cascades (USA) y la Patagonia Chilena. La pasión por la montaña y la exploración, lo han motivado a planificar diferentes expediciones personales que han resultado en primeras ascensiones e increíbles experiencias en distintos lugares del mundo. El Trail Running ha sido también una gran parte de su vida y una manera de conectar con el medio ambiente, un deporte que ha practicado de alguna manera profesional por los últimos 15 años, transformándose también en una herramienta de activismo.
