En el corazón del Cajón del Maipo, un monasterio de carmelitas descalzas se erige como un símbolo de devoción y resistencia. Este refugio, construido por las propias monjas, no solo ofrece paz espiritual, sino que también representa la lucha por la preservación del entorno natural. Su batalla legal para proteger el medio ambiente y la biodiversidad local ha dejado una profunda huella en la comunidad.