El miércoles 30 de diciembre un grupo de jóvenes de la comuna decidimos pasar año nuevo donde nace el agua y con eso la vida en la cordillera de los Andes. Partimos desde el Santuario de la Naturaleza Cascada de las Ánimas, subiendo por el estero de las Ánimas y sus saltos de agua. Pasamos por el cerro Pangal o Punta Horizonte (aprox. 2400 msnm) en dirección a las nacientes del estero Manzanito (3000 msnm).
Texto y Fotografía: Tomás González Astorga
Nos encontramos con una hermosa variedad de flores de montaña (alstroemerias, añañucas, vivianas, relicarios, maripositas de la cordillera, violas, entre otras) que nos acompañaron con sus colores y aromas durante toda la travesía. Tuvimos la sorpresa también de ver una pareja de bandurrias, tan comunes en el sur, y que por lo menos yo nunca había visto en el Maipo.
Ya desde esta altura se comienzan a observar las primeras vegas1 o humedales altoandinos con pequeños hilos de agua que tiñen de verde y de color la cordillera. Cada vega es un ecosistema único, que genera una secuencia de refugios de vida2 hasta formar esteros y cursos de agua que se acoplan para formar un paisaje con glaciares y ríos que distingue al Cajón del Maipo.
Al día siguiente nuestro objetivo era la Laguna de Piuquenes, por lo que teníamos que atravesar el valle de la Caldera (2800 msnm). Este valle de uno de los grandes fundos típicos del Cajón va en una dirección sur-oeste pasando muy cerca del límite con la Sexta Región de Chile. La Caldera es una hondonada amplia y más abierta que los valles cerrados que abundan en el Cajón del Maipo rodeado de vegas y esteros que abundan. Allí nos encontramos con los primeros rebaños de vacas y caballos que son subidos a la cordillera en los meses de primavera y verano3.
Cruzamos el valle de la Caldera en dirección a la laguna del Guanaco (3200 msnm). Antes de llegar a ver la laguna enfrentamos una subida exigente y dura. Este esfuerzo nos elevó las expectativas para llegar a un lugar increíble que las superó por completo, suele ocurrir en la cordillera, donde la belleza y la magnificencia ponen a prueba la capacidad de asombro.
Luego de almorzar en este mágico lugar, nos tocó el último desafío: llegar a la laguna de Piuquenes (2900 msnm). En ese punto me preguntaba: ¿Podrá haber algo tan bello como los valles y paisajes que ya hemos transitado?
Dos horas después y con solo mirarla desde arriba de la laguna, mi pregunta fue respondida. Estaba en presencia de un paisaje único, uno de los más lindos que he tenido la suerte de ver en mi vida. Cómo describir esa secuencia de lagunas que nacen del resguardo de las montañas y glaciares, de una sutileza y agresividad geográficamente alucinante. Un valle hacia el sureste que, si se sigue por el estero de Piuquenes hacia abajo, uno se encuentra con la entrada del fundo que resguarda las nacientes del río Maipo Alto.
Chagual Orrego, habitante del Maipo y uno de la cordada, relata lo siguiente: “Difícil explicar lo que fue empezar el año en el corazón de las montañas del Cajón del Maipo. Gran desafío con largas caminatas y fuertes pendientes. Alegría, inspiración, calor, frío, dolores y más. Nos tocó incluso tormenta con truenos y relámpagos. Es como estar en otra dimensión.
Daniela Rakos coincide: “Este fue mi quinto año nuevo arriba en la cordillera. Para mí la mejor manera de terminar un año y comenzar otro es caminar y sudar en la columna vertebral de mi continente. Todos los años las rutas y personas cambian, lo que no cambia es que la cordillera nos asombra, emociona y nos hace agradecer infinitamente lo afortunados que somos al poder conocerla y recorrerla.”
Una travesía increíble de 5 días, llena de aventuras de extremo a extremo, tal como es la cordillera, con tormenta eléctrica y truenos que retumbaban sobre nuestras carpas y con un grupo humano en el que fuimos sintiéndonos mucho más conectados con estos paisajes que históricamente hemos cohabitado.
En la bajada para regresar a San Alfonso vimos un campamento, probablemente una avanzada minera, con un helicóptero muy activo que movía materiales desde el valle vecino en repetidas ocasiones. En dicho valle ya se construyó un camino minero para comenzar faenas de exploración mineral que tanto progreso y destrucción ha traído a nuestro país.
Hace ya varios años nos hemos dado cuenta que las vegas son ecosistemas clave, que se deben investigar y proteger4. El túnel del Proyecto Alto Maipo pasa por debajo de todo el sistema de vegas de las cuencas que interviene. Con la ley de humedales urbanos, estos espacios quedaron fuera y no están protegidos. Por ello es vital proteger la cuenca del Maipo de cordillera a mar y donde están los humedales, ecosistemas prioritarios para la subsistencia de la vida. Es imperante incluir a las comunidades, arrieros, aprender de ellos y con ellos.
Es fundamental transformarnos en seres virtuosos que potencien los ecosistemas y los restauren. Aventuras como la que vivimos nos acercan a una mayor conexión con la naturaleza, con la montaña y el mar, al igual como hace el agua. Cuidemos la tierra y cuidemos el agua que de eso depende nuestro bienestar y el del resto de los seres que nos acompañan.
1 Las vegas son considerados ecosistemas azonales, cuyas condiciones hídricas y de vegetación forman una unidad ecológica que provee de recursos para la fauna andina y ganadería (uso para veranadas). Al considerarse una extensión superficial cubierta por agua, las vegas son consideradas humedales (andinos) que reflejan la condición ecológica-ambiental de su cuenca, respondiendo a los cambios tanto de origen natural como a raíz de las actividades humanas que se practiquen en ellas, siendo de alta fragilidad frente a perturbaciones que puedan disminuir el caudal hídrico. Su extensión está confinada en torno a los cursos de agua, siendo su cobertura altamente susceptible a los cambios de caudal. Una reducción en el nivel freático por efectos directos de la extracción subterránea, disminuye significativamente la cobertura de su extensión. En este sentido, como parte del sistema hídrico de una cuenca, las vegas cumplen un rol ecológico clave en la regulación de la escorrentía y como hábitat de especies de flora azonal y fauna especialista.
2 En conjunto los humedales de altura ubicados en la zona cordillerana son ecosistemas que generan un interés especial debido a su alta fragilidad, complejidad y por su carácter de hábitat exclusivo para muchas especies de vertebrados terrestres, muchos de los cuales son endémicos del área o se encuentran en alguna categoría de conservación. Siendo el caso, para la Región Metropolitana, del Guanaco (Lama guanicoe) y el Perico cordillerano (Bolborhyncus aurifrons); esta última endémica de la zona. Dentro de las especies vulnerables se encuentran el Piuquén (Chloephaga melanoptera) y la Becacina (Gallinago gallinago).
3 Una de las actividades productivas más importantes que se realizan en el sector cordillerano es la ganadería de trashumancia. Este sistema de manejo consiste en movilizar, en los comienzos del período estival, el ganado desde las zonas bajas de valle hacia las praderas naturales de altura de la cordillera o veranadas para su aprovechamiento. Este traslado es posible de realizar debido a la escasa distancia relativa entre ambos ecotonos.
4 mejor condición para evitar que se deterioren. Se debiera proteger del pastoreo a las quebradas asociadas a las vegas y que las abastecen de agua permanentemente y no desviar cursos de agua.