«El pasado 24 julio 2021 una de las fotografías que tuvo una alta exposición por las redes sociales y que formó parte de la portada de un periódico local, se transforma en el ícono de los que está sucediendo en varios lugares pero específicamente en el mirador de cóndores. Grupos de personas que suben al lugar, fotógrafos y empresas de turismo sin control alguno que han visto una oportunidad de realizar una actividad recreativa que en su origen puede ser beneficiosa, pero que si no se tiene la información respectiva se transforma en una perturbación evidente hacia la vida silvestre.»
Víctor Escobar G. Es Miembro de la Corporación Amigos del Cóndor/ Grupo de Estudio e Investigación del Cóndor en Chile. Biólogo con mención en Medio Ambiente, Universidad de Chile. Máster en Ciencias de la Agricultura, Pontificia Universidad Católica de Chile.
Texto: Víctor M. Escobar G.
Durante décadas el cóndor andino, el ave voladora más grande del mundo, símbolo imperecedero de nuestra historia y de los Andes Sudamericanos, enfrenta diversas amenazas que atentan con su supervivencia en los próximos años, motivo por el que recientemente está clasificada como Vulnerable a nivel global (BirdLife International 2021). La intoxicación y el envenenamiento de individuos por elementos de origen humano, el daño y muerte de cóndores al colisionar con tendidos de alta tensión en sus rutas de vuelo, la perdida de hábitat y la disminución local de algunas fuentes de alimento, son algunos de los factores que están afectando de forma sinérgica la población de cóndor en todo su rango de distribución. Sabemos que es una de las especies más longevas y con uno de los ciclos de vida más largo entre las aves, con una baja tasa de reproducción (un huevo cada dos o tres años por pareja) y alcanzando la madurez sexual recién a los siete y ocho años de edad. Por lo tanto, es una especie biológicamente vulnerable a cualquier impacto sostenido en el tiempo sobre su población, que la puede llevar a la extinción en los próximos años y tener un efecto directo sobre el ecosistema completo.
Cada año, los especialistas que estudiamos al cóndor andino a lo largo de su distribución, registramos nuevas amenazas no detectadas o que actúan de forma combinada con las que hemos identificado anteriormente en el tiempo. Actualmente podríamos afirmar que estamos encontrando señales de una nueva amenaza relacionada con una actividad recreativa que ha resultado ser beneficioso para la vida silvestre en varios lugares del mundo como también para el turismo y fotografía de naturaleza.
Estas actividades están teniendo algunos efectos preocupantes para el cóndor, las que podrían atentar con la viabilidad de la especie. Desde hace décadas, uno de los lugares más populares y que cada año es visitado por más turistas, corresponde al Cañón del Colca en Perú. Aquí los visitantes pueden tener una experiencia relativamente cercana con el comportamiento y vuelo del cóndor en su ambiente natural, registrándolo en fotografías y videos, lo que genera importantes beneficios económicos a un rubro de importancia en el Perú como es el turismo. Sin embargo, para mantener el lugar con cóndores constantemente, se coloca un animal muerto mensualmente en las inmediaciones del Cañón con el fin de atraer cóndores a la zona.
En Argentina se ha observado que el acercamiento o las actividades recreativas como la escalada, el montañismo y la fotografía entorno a lugares de reproducción y posaderos de cóndor, pueden generar la perturbación y el desplazamiento de individuos a otras zonas. En mayor medida pueden generar también la perdida de huevos o abandono del nido por cóndores adultos en época reproductiva, la caída accidental de pichones volantones desde los acantilados o un comportamiento amistoso o de cercanía de ejemplares juveniles hacia el humano, lo que puede llegar a ser negativo para la especie, considerando que todas las amenazas que enfrenta el cóndor son de origen humano y que los ejemplares juveniles tienen una tasa de mortalidad más alta que los individuos adultos.
En Chile, específicamente en la ciudad de Santiago, desde hace cinco años (2016), se reporta la aparición de cóndores en los techos y terrazas de edificios de departamentos en áreas periurbanas como San Carlos de Apoquindo, cerro Alvarado y Manquehue, y también en centros de sky en la cordillera de Santiago, generando una interacción cercana y de acostumbramiento con el ser humano que puede ser un peligro para la viabilidad de la especie.
Por otra parte, hace un par de años también se viene reportando eventos y encuentros cercanos en hábitats naturales y lugares que ocupa habitualmente el cóndor al interior de la cordillera de Santiago, como el popular “mirador de cóndores”, en el cajón del Rio Colorado. Este lugar lo conozco personalmente desde el año 2001, cuando el cajón del río, solo era visitado por unos pocos ciudadanos de la capital durante los fines de semana con un mantel y unas sillas para disfrutar de un almuerzo junto al río.
Aunque el cajón del Río Colorado tiene dos centros de población, Los Maitenes y el Alfalfal, durante años fue un lugar tranquilo y donde se podía observar gran cantidad de cóndores que volaban por los acantilados hacia el interior del río más allá del Alfalfal, conectando con el valle del Tupungato y río Olivares. En el año 2005 junto a otros investigadores, habíamos detectado sitios ultilizados por el cóndor como dormideros y posibles lugares de nidificación.
Durante el 2008, un amigo junto a un arriero de Los Maitenes, me invitaron a conocer un sendero poco conocido y habitualmente utilizados solo por los arrieros del lugar, con el objetivo de seguir estudiando al cóndor en la zona. El sendero llegaba por arriba de un gran paredón donde la vista es insuperable y maravillosamente hermosa. Esto junto con un constante circular de cóndores en vuelo que pasaban por arriba y por debajo de nosotros, le daban al lugar una experiencia inigualable. Con el tiempo visité el lugar regularmente y conocí a otro arriero del área que era el guardián del último tramo del sendero, dueño de un Ruko ubicado antes de llegar al Mirador. En este lugar en el 2009 – 2010 decidimos realizar un trabajo de investigación sobre el comportamiento del cóndor, ya que era perfecto para registrar sus comportamientos en vuelo, posados y eventualmente comiendo de alguna carroña de animales que morían en la zona de la alta cordillera.
Hoy día me impresiona como este lugar ha ido cambiando de una década a otra, y está lejos de lo que conocí en los primeros años. La llegada y construcción del Proyecto Alto Maipo al valle del río Colorado, ha generado un impacto no solo a nivel de deterioro del medio ambiente, sino también ha significado un aumento de personas y capacidad de carga que puede soportar un área natural. Diversas construcciones, perforaciones en el cerro e instalación de nuevos centros poblados ha cambiado el panorama del Río Colorado. La construcción de un campamento bajo el mirador de cóndores, justo en el lugar donde hacíamos observaciones frecuentes hacia el paredón, y el sendero cada vez más concurrido por personas con distintos intereses, evidencia un problema de irrupción sin control sobre las pocas áreas naturales que van quedando cerca de Santiago.
Realizando una búsqueda por internet, se pueden ver varios videos de cóndores volando y posándose muy cerca de quienes suben al mirador de cóndores, los que circulan en gran cantidad por las redes sociales y donde se puede ver el contacto estrecho entre algunos ejemplares y las personas. El pasado 24 julio 2021 una de las fotografías que tuvo una alta exposición por las redes sociales y que formó parte de la portada de un periódico local, se transforma en el ícono de los que está sucediendo en varios lugares pero específicamente en el mirador de cóndores. Grupos de personas que suben al lugar, fotógrafos y empresas de turismo sin control alguno que han visto una oportunidad de realizar una actividad recreativa que en su origen puede ser beneficiosa, pero que si no se tiene la información respectiva se transforma en una perturbación evidente hacia la vida silvestre.
Debido a esto y como miembro del Grupo de Investigación y Conservación del Cóndor Andino – Chile, queremos proponer ciertos lineamientos para que se realicen este tipo de actividades con el debido cuidado hacia la vida silvestre en especial hacia el cóndor andino:
- Recomendamos evitar el acercamiento a posaderos identificados en el mirador de cóndores, generando un perímetro de seguridad y prohibiendo acceder al filo del acantilado.
- Se recomienda implementar un sistema de señaletica con mayor información durante el trayecto del sendero y antes de acceder al mirador de cóndores.
- Se sugiere implementar control y regulación de los guiados turísticos a lo largo del año, evaluando primero la capacidad de carga del sendero y del mirador.
- Que exista una instancia antes de iniciar el trayecto donde se les den indicaciones básicas a las personas sobre el cuidado de la vida silvestre, amenazas que afectan al cóndor y el peligro que significa el contacto cercano con la fauna en general y el cóndor específicamente. El instinto de precaución que tienen los animales silvestre ante las personas es importante para la supervivencia.
Finalmente encontramos de suma urgencia realizar una mesa de trabajo junto con la Municipalidad, agencias de turismo, empresas privadas y entidades de gobierno para regularizar esta actividad en el mirador de cóndores y poder sentar las bases de una actividad recreativa segura y de mutuo beneficio para las personas y la naturaleza.
Compartimos audio de material informativo sobre las amenazas del Cóndor Andino, puedes escanear el este código QR o pinchar aquí.